La inspección submarina de presas es una de las actividades de más alto riesgo, dado que se opera en condiciones de cero visibilidad, con corrientes y frecuentemente, a profundidades mayores a 30 m en localizaciones ubicadas muy por arriba del nivel del mar, lo que aumenta aún mas el riesgo de un accidente por descompresión.
Normalmente, para un buzo industrial es imposible ver detalles de la pared de la presa o de las compuertas después de los 3 m de profundidad, dado que se pierde completamente la visibilidad, basándose la inspección en el sentido del tacto, complicando enormemente el trabajo por la falta de orientación reduciendo la confiabilidad de los resultados.
El uso de equipos ROV que pueden operar a gran profundidad, de tamaño compacto que los hace muy maniobrables y aptos para operar en estas condiciones, es una solución óptima.
Adicionalmente, el ROV puede equiparse con sonares para procesamiento de imágenes lo que permite operar en condiciones de cero visibilidad, el equipo de navegación del ROV (USBL, Altímetro) permite ubicar con precisión la posición del ROV de forma que se puede saber que áreas han sido inspeccionadas.
Su pequeño tamaño los hace muy portables, no requieren de instalaciones especiales para el lanzamiento o recuperación ni enormes medios de transporte. Como comparación, la movilización de un sistema de buceo requiere desplazar aproximadamente 10 toneladas de equipo y como mínimo 8 buzos más el personal de apoyo.